¿Construyendo o destruyendo mundos?

Si bien es cierto los avances en todos los ámbitos se han convertido en una constante. Y junto con ellos la indiferencia, el individualismo y una gran antipatía a nivel social.
Sin embargo y para sorpresa de muchos vemos como los mundos virtuales han tenido una gran aceptación.
Un mundo en el que cualquiera, construye su casa, la amuebla, decide donde quiere vivir, compra ropa, mascotas, asiste eventos, tiene amigos, se puede casar, y si la relación no funciona se puede separa, puede tener hijos, nietos, puede ser millonario, tener el mejor auto, viajar, puede enojarse, besar, abrazar, llorar e inclusive puede morir y todo esto de manera virtual.
Y creó que más de uno nos preguntamos ¿Por qué no vivir todo esto de manera real?, ¿De que manera nos alejan estas nuevas tecnologías de la realidad?, ¿Qué tan antisociales nos convertiremos? Y creó que la lista de preguntas sigue y no tiene fin.
Vemos como los mundos virtuales siendo un campo relacionado con la inteligencia artificial, en sus inicios tenía como finalidad la de entretener tratando de simular mundos y entornos, en los que el hombre interactuara con la máquina y fueran semejantes a la vida real.
Y no todo es malo, vemos como estos simuladores, se han utilizado a lo largo de la historia, por un lado los simuladores de vuelo han sido de gran ayuda para la aeronáutica, aportando constantes mejoras al igual que otras aplicaciones de este tipo que sirven desde hace años para la enseñanza y la práctica de determinados oficios. Junto con programas que, mediante cámaras de video y software permiten construir y establecer comunicación bidireccional.
Pero sin duda alguna el grado de realismo conseguido sobrepasa lo imaginado y queda claro que falta mucho por ver, sin embargo sería bueno plantearnos y cuestionarnos hacia donde queremos enfocar aquello que muy pronto será nuestra realidad virtual.